¿Se imagina ver a un niño programando un robot? Esta acción es una de las consecuencias que genera la inteligencia artificial (IA) en nuestro país, y cuyo uso de herramientas es promovido por el Instituto para la Democracia Digital.
Futurix es el nombre del programa de esta entidad dirigido a niños(as) de cuatro a 12 años, cuyo objetivo es desarrollar competencias para que sean programadores de robots. “Los menores, incluso sin saber leer y escribir, pueden programar un robot. Necesitamos desarrollar talentos y hacer que nuestros niños solucionen problemas”, dijo Edwin Santos Esparza, CEO del citado instituto.
Estos robots están vinculados con la IA y el Internet de las cosas, refirió Santos, quien sostuvo que el instituto que dirige ha capacitado a docentes de universidades públicas y privadas, así como a profesores de colegios en lo referente al empleo de las herramientas de IA. Similares acciones ha realizado el Instituto para la Democracia Digital, capacitando al personal de diversas empresas y organizaciones no gubernamentales.
En entrevista con Infopangea, el exviceministro de Comunicaciones, e integrante del equipo de expertos de la Red Nacional de Estado y Ciudades Inteligentes de la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), aseguró que uno de los planes del Instituto para la Democracia Digital es difundir masivamente las herramientas de IA y sus beneficios.
“Para lograr este objetivo, esperamos el próximo año lanzar un programa de televisión de alcance nacional, cuyo piloto ya ha sido elaborado”, agregó el entrevistado.
Cada año la IA adquiere más vigencia en el mundo. Entre el Estado, las empresas privadas y el sector académico, ¿cuál de estas entidades debe liderar el desarrollo y difusión de este campo tecnológico en nuestro país?
La decisión está en todos los frentes. El Estado, las grandes empresas, las micro y pequeñas empresas (mypes), y, con mayor razón, el sector académico porque las universidades deben ser parte de estos procesos de cambio.
Incluso la sociedad civil organizada tiene la responsabilidad de integrar a la IA en el quehacer diario y el desarrollo cotidiano.
¿Qué estrategias o acciones debe asumir el Estado en el panorama de la IA?
El Estado tiene la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de la PCM y es la entidad llamada a desarrollar este tema como política a nivel nacional. Es una responsabilidad del Estado, sin embargo, hace más de dos años absolutamente no ha hecho nada.
Está completamente paralizado el tema de la IA dentro de la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital.
¿Y por qué ocurre eso? ¿No es prioridad, falta recursos económicos, desinterés…
Hay más de una razón. Sabemos la actual crisis política del país. El alto nivel de rotación y cambios de funcionarios dentro del sector público, incluyendo la PCM y la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital. Además, no hay decisión política del Estado para desarrollar un trabajo que ya ha empezado con la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial [ENIA], pero, hasta el momento, todo se ha quedado en letras y no hemos avanzado absolutamente nada. Han pasado dos años y medio, tiempo que representa una importante inacción.
Por otro lado, hace unas semanas se presentó el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial [ILIA], en donde se mide la situación de la IA en la región. Al respecto, el Perú se encuentra en la séptima posición en el empleo de esta tecnología, después de Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, México y Colombia.
La IA es estratégica, en consecuencia, hago un llamado a la actual administración de Gobierno, para que priorice este tema en el país.
En julio pasado se publicó la Ley Nº 31814, que promueve el uso de la inteligencia artificial en favor del desarrollo económico y social del país. Se trata de la primera norma de este tipo en América Latina. ¿Cuál es el impacto de esta ley?
El ILIA considera tres factores de medición: Habilitantes; Investigación, desarrollo e investigación; y Gobernanza. En ese sentido, el Perú ocupa el puesto séptimo, en Habilitantes; el puesto decimosegundo, en Investigación, desarrollo e investigación; y el quinto lugar, en Gobernanza.
Dentro de este último factor, en el indicador Estrategia de IA, nuestro país ocupa el primer puesto, precisamente impulsado por esta ley, pero es insuficiente porque necesitamos que el Estado tome otras decisiones.
“No veo una política clara de avance de IA en el país”.
Por ejemplo, ¿qué acciones?
Una de nuestras propuestas es crear un Consejo Consultivo de IA, integrado por expertos, donde la convocatoria incluya a los sectores del Estado, en sus niveles local, regional y central; la academia; la empresa privada; y la sociedad civil organizada como los Colegios Profesionales de Médicos, Profesores, Ingenieros, etc.
Otra propuesta que planteamos es la necesaria masificación del empleo de las herramientas de IA. Por ejemplo, tenemos que divulgar cursos básicos sobre esta tecnología a docentes, luego a padres de familia y alumnos.
Asimismo, las universidades no han capacitado todavía a sus docentes en el uso de las herramientas de IA. Exactamente pasa lo mismo en los sectores de salud, seguridad, etc.
Por su parte, desde hace 10 años el Estado desarrolla proyectos importantes en el sector telecomunicaciones, como la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica y las 21 redes regionales. La inversión del Estado en ambos proyectos es alrededor de 2500 millones de dólares, es decir, aproximadamente 10 mil millones de soles.
Considero que ha sido una de las peores inversiones del Estado, por su nivel de ineficiencia. ¿Cómo es posible arriesgar tanto presupuesto? Se sabe que, en la actualidad, con 90 millones de dólares, a través de conectividad satelital, se puede cubrir los 12 600 puntos que conectan la Red Dorsal y las 21 redes regionales. Así se pueden servir a los sectores de educación, salud, comisarías, entre otros.
No se trata de un manejo presupuestal, sino de calidad de decisión, por eso, necesitamos un Consejo Consultivo para vigilar la calidad de decisiones y que nuestra sociedad esté informada de las acciones. Cabe señalar que muchas de las herramientas de IA disponibles son gratuitas y se necesita solo un mínimo entrenamiento para su posterior empleo.
¿Es necesario crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología en el país para promover la IA?
Considero necesario crear un organismo independiente porque la transformación digital avanza demasiado rápido y el Estado, en este caso, está presente con un órgano de la PCM como es la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital, que no cubre las expectativas ni las demandas.
Necesitamos un organismo independiente como el Banco Central de Reserva del Perú. No veo una política clara de avance de IA en el país. Eso no pasa, por ejemplo, en Corea del Sur, donde la continuidad de los funcionarios en las instituciones públicas genera una gran fuerza a la transformación digital en esta nación asiática.
Necesitamos una entidad que desarrolle transformación digital y conectividad. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha sido un fracaso absoluto en el manejo de las telecomunicaciones en el Perú. Este ministerio tiene un nivel de burocracia impresionante y brinda un servicio de la peor calidad. Por ejemplo, ¿qué se puede hacer con un ancho de banda de cuatro megas por segundo en un colegio con 500 alumnos? ¿Qué telemedicina se puede realizar en una posta médica o una comisaría con este mismo número de megas por segundo?
Hay dos realidades de la IA que implica a las empresas: los potenciales despidos de sus colaboradores y la falta de presupuesto para invertir debido a la actual recesión. ¿Cómo afrontar estos desafíos?
La IA es una amenaza y también una oportunidad. Una amenaza porque la automatización de los trabajos, sobre todo, las labores simples y repetitivas pueden generar la pérdida de empleos. Cuando tenemos un mercado cambiante, como el peruano, los trabajadores requieren nuevas habilidades.
También es una oportunidad porque la automatización genera nuevos empleos como los generadores de textos, porque no hay especialistas al servicio de las grandes, medianas y pequeñas empresas. Esa es una opción: mejorar la productividad de manera sustantiva.
Sobre lo segundo, hay muchos recursos absolutamente gratuitos como la generación de textos, imágenes y diseños gráficos. Es viable hacer videos, sin saber editarlos, a cero costo, así como realizar páginas web sin conocer de programación HTML.
El 97 % de las empresas peruanas son pequeñas y medianas, y, de ese porcentaje, el 90 % son pequeñas empresas. En ese sentido, tenemos una oportunidad de uso y masificación de la IA.
El Estado, las universidades y las grandes empresas, a través de sus actividades de Responsabilidad Social Empresarial, deben promover el uso masivo de las herramientas de IA.
¿Qué iniciativas o avances se han desarrollado en el sector académico con relación a la IA?
Nuestras universidades reaccionan muy lento. No han dado el pequeño paso de entrenar a sus docentes en el uso de herramientas de IA, multimedia, investigación académica, entre otras, que son muy potentes. Si las universidades no han exigido a sus alumnos un curso de uso de herramientas IA, es porque la toma de decisiones es muy lenta en el sector académico público y privado.
Los docentes de estos centros de estudios tienen que sumarse a esta ola y como están en capacitación continua tienen que hacerlo también en el ámbito de la IA, en el uso de sus herramientas que son sencillas y muy potentes.
La ENIA tiene como meta el 2026. ¿Estamos a tiempo para cumplir los objetivos planteados hasta ese año?
Si como país nos ponemos “las pilas”, posiblemente, pero todavía no hay decisión política en ese sentido. La ENIA tiene diversos ejes, por ejemplo, formación y atracción del talento, ¿qué hace el Estado al respecto? Prácticamente, nada.
Sobre cómo nos insertamos dentro de esta estrategia, con el modelo económico, para promover la creación de empresas especializadas en IA, a través del apoyo financiero, no hemos hecho nada. Tampoco hemos desarrollado en el país infraestructura tecnológica.
Colombia, por ejemplo, tendrá su centro de desarrollo de IA, de manera descentralizada. Esta estrategia la debemos replicar urgentemente, porque Lima no es el Perú ni viceversa.
Igualmente, necesitamos establecer políticas sólidas sobre la recuperación, almacenamiento y uso ético de los datos; además, desarrollar estándares y directrices en temas éticos. En general, es imperativo hacer un trabajo más colaborativo.
Este plan se ha quedado como propuesta, pero necesitamos metas en el tiempo y con las respectivas asignaciones presupuestales.