El destino quiso que tres días antes de finalizar el 2022, Edson Arantes do Nascimento falleciera en Sao Paulo (Brasil) a la edad de 82 años, pero a diferencia del tiempo que, a veces, queremos olvidar, “Pelé” siempre será recordado debido a que su legado vivirá por siempre.
Pelé nació en Três Corações, un municipio del estado brasileño de Minas Gerais, el 23 de octubre de 1940. Su madre era María Celeste Arantes y su padre fue Joao Ramos do Nascimento, mejor conocido como “Dondinho”, quien, al igual que su hijo, fue futbolista, pero que una rotura de ligamentos en una de sus rodillas cuando era jugador del Atlético Mineiro, truncó su sueño de convertirse en una leyenda de este deporte.
De su familia paterna, Pelé obtuvo su amor por el fútbol debido a que su tío, al igual que su padre, practicó este deporte por lo que no es de extrañar que el talento del “O Rei” haya sido tan superlativo.
Un adolescente en Suecia
Pelé hizo su debut, con el primer equipo del Santos, el 7 de septiembre de 1956 a la edad de 15 años y tan solo diez meses después haría su estreno con la selección de Brasil, y por sus excelentes actuaciones en el terreno de juego fue convocado por los “canarinhos”, para disputar el sexta Copa Mundial de Fútbol de la historia, realizada en Suecia, en 1958.
A pesar de su excelso potencial, Pelé estuvo en la banca en los dos primeros juegos de la “verde amárela” de ese Mundial en tierras escandinavas, pero un empate sin goles ante Inglaterra, el primero con ese resultado en la historia de los mundiales, y un consejo del extraordinario Didi a su entrenador Vicente Feola, de que alineará a Pelé junto a Garrincha, cambio la historia del futbol mundial y brasileño para siempre.
A partir de ese momento, nació una estrella que maravilló al mundo del fútbol con su juego y, a pesar de su precocidad, demostró estar al nivel de jugadores más experimentados.
Sus rivales
Pelé siempre fue venerado por todos, incluso por sus rivales, que a pesar de ser bruscos con él cuando se enfrentaban, al final terminaron maravillados por su calidad técnica y aspecto físico.
Sus contemporáneos siempre admiraron la magia que Pelé le impregnó al fútbol mientras estuvo activo. El gran Just Fontaine, goleador del mundial donde “O Rei” hizo su debut en los campeonatos organizados por la FIFA con 13 tantos, en una ocasión, señaló que cuando lo vio jugar, pensó en colgar las botas, siendo esta una declaración un tanto fuerte, pero que refleja la grandeza que sentían los demás jugadores, con la presencia del 10 en los campos donde jugó durante sus 20 años de carrera con el Santos, la selección brasileña y el New York Cosmos.
La admiración del mundo
Luego que se supo del fallecimiento de Pelé, a finales del 2022, el mundo en general, no solo el futbolístico, mostró su admiración por el jugador más importante de todos los tiempos.
Desde los cinco continentes llegaron mensajes de pésame por el fallecimiento de Pelé. Hasta el presidente actual de los Estados Unidos, Joe Biden, apenas supo de la muerte de “O Rei”, publicó un tweet en su cuenta @POTUS, donde mostraba respeto por el astro brasileño señalando: “Para un deporte que une al mundo como ningún otro, el ascenso de Pelé desde sus humildes comienzos hasta convertirse en leyenda del fútbol es una historia de lo que es posible”.
Pelé siempre fue venerado por todos, incluso por sus rivales.
Por su parte, para seguir con el mundo del fútbol, el exentrenador César Luis Menotti, campeón con la “albiceleste” en el mundial de Argentina 1978, en declaraciones recogidas por el diario español AS, indicó: “Pelé fue el más grande de todos. Para mí, es incomparable. Es muy difícil que aparezca otro Pelé. No hubo ninguno como Pelé. Cuando entraba en la cancha, se transformaba en algo muy difícil de explicar”.
Su legado
Tanta fue la influencia de Pelé que, luego del primer Mundial ganado por Brasil, en Suecia 1958, empezó una hegemonía del fútbol brasileño en el mundo y que vio ganar a la “seleção” tres mundiales, en cuatro ediciones consecutivas, coronando a Pelé como máxima estrella del balompié y el Rey definitivo en tierras mexicanas, en 1970, año en el que para todos los amantes al fútbol se presentó la selección más admirada de la historia.
Aquel joven que le prometió a su papá Dondinho, luego del Maracanazo, derrota de Brasil 2 a 1 ante Uruguay, en la final del mundial Brasil 1950, que no llorara porque él iba a ganar esa copa tan ansiada por todos los brasileños, nos dejó en el terreno físico, pero siempre estará en nuestros pensamientos para la eternidad, por todas las alegrías que le dio al mundo mientras estuvo con vida.