La actividad económica está todavía por debajo de su trayectoria anterior a la pandemia, en especial, en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, y existen divergencias crecientes entre las regiones.
Así lo manifiesta “Perspectivas de la economía mundial” (octubre 2023), estudio divulgado recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en donde se analiza el desarrollo de la economía global, en el contexto de la recuperación mundial tras la pandemia de COVID-19, la invasión rusa de Ucrania y el incremento de la fragmentación geoeconómica.
Se estima que el crecimiento mundial alcanzará el 3 % al finalizar el año en curso y que llegará a 2,9 %, en el 2024. Para las economías avanzadas se prevé una desaceleración de 1,5 %, en 2023, y 1,4 %, en 2024, “con un ímpetu más fuerte de lo previsto en Estados Unidos, pero crecimiento más flojo a lo previsto en la zona del euro”.
De otro lado, se prevé que la inflación mundial se reducirá “a un ritmo constante, de 8,7 %, en 2022, a 6,9 %, en 2023, y 5,8 %, en 2024; aunque los pronósticos para 2023 y 2024 se han revisado al alza en 0,1 puntos porcentuales y 0,6 puntos porcentuales, respectivamente, y no se prevé que la inflación, en la mayoría de los casos, retorne al nivel fijado como meta hasta 2025”.
Bajos pronósticos
El citado informe del FMI proyecta que el crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo disminuya moderadamente, de 4,1% (2022) a 4,0 % (2023 y 2024), con una revisión a la baja de 0,1 puntos porcentuales en 2024, atribuible a la profundización de la crisis del sector inmobiliario en China.
“Los pronósticos de crecimiento mundial a mediano plazo, de 3,1%, son los más bajos en décadas”.
“Los pronósticos de crecimiento mundial a mediano plazo, de 3,1%, son los más bajos en décadas, y las perspectivas de que los países alcancen niveles de vida más altos son escasas”, afirma el resumen ejecutivo del documento.
Sobre la crisis del sector inmobiliario de China, el FMI asegura que “podría profundizarse, con repercusiones a nivel internacional, en especial, para los exportadores de materias primas”.
Expectativas de inflación
Respecto a las expectativas de inflación a corto plazo en el resto del mundo, “han aumentado y podrían contribuir -junto con la estrechez en los mercados laborales- a que se prolonguen las presiones sobre la inflación subyacente, y que se necesiten tasas de política monetaria más altas de lo previsto”, según el FMI.
En el caso de suceder nuevos shocks climáticos y geopolíticos, la organización financiera internacional considera que “estos podrían suscitarse alzas adicionales de los precios de los alimentos y de la energía”, lo cual “podría restringir el flujo de materias primas entre mercados, con el consiguiente aumento de la volatilidad de los precios y la complicación de la transición verde”.