La violencia es un problema sociológico que emana de la frustración de los individuos para protestar ante ciertas normas o medidas estrictas, aunque también se puede manifestar de otras maneras. Por ejemplo, durante la pandemia por el COVID-19, la violencia salió a flote debido a ciertas medidas restrictivas que se crearon y originaron que poco a poco algunas personas se rebelarán, lo que motivo, en algunos casos, muchas manifestaciones desmedidas.
Un ámbito que no escapa de este mal social es el deporte debido a las pasiones que genera esta actividad profesional en los deportistas y sus seguidores, sobre todo, en los deportes de conjunto, donde la llama, a veces, se aviva demasiado, lo que puede causar que ciertas personas pierdan su ecuanimidad y piensen que, mediante la violencia, todo se puede solucionar.
En ciertas ocasiones, la frustración ante un resultado deportivo negativo exacerba todos los pensamientos nocivos de los individuos, quienes toman decisiones “en caliente” que perjudican lo esencial del deporte: la práctica saludable en todas sus formas.
Incluso se han visto casos en que la pasión mal canalizada es tan desmedida que hasta los padres de los niños que practican deporte, sacan todo lo negativo que tienen dentro de sí, y han llegado a agredir a otros padres, niños y árbitros por ciertas decisiones tomadas en los terrenos o canchas deportivas.
Violencia en el fútbol
Uno de los deportes que más pasiones genera a nivel mundial, sin ninguna duda, es el fútbol, debido a todo lo que ocurre en la cancha de juego y a su alrededor. Es frecuente ver como personas que son calmadas o sosegadas, se vuelven agresivas y violentas rápidamente como un chasquido de los dedos, debido a los sucesos mundiales producidos alrededor de esta práctica deportiva.
El fútbol es solo un deporte, sin embargo, así no es visto por todos sus millones de seguidores, quienes ven a esta actividad como un escape a sus problemas cotidianos y por eso, en algunas ocasiones, una mala mezcla entre pasión e inconvenientes diarios puede hacer que brote lo negativo que tienen los hinchas deportivos dentro de su ser, y se evidencien en las canchas de fútbol, o camino a sus casas cuando se encuentren frente a frente ante la hinchada rival.
“En todo el mundo se deben crear políticas para tratar de erradicar la violencia en el deporte”.
Por su parte, los malos resultados de los equipos o las malas actuaciones individuales de algún jugador en específico son también un aliciente negativo para desencadenar la agresividad de los aficionados. Al respecto, recientemente, un jugador de un reconocido equipo del fútbol inglés recibió una amenaza de bomba en su casa, por parte de un pseudo aficionado, por incumplir con las expectativas que se generaron sobre su desempeño en la cancha, algo que es una locura y un ejemplo de cómo la violencia es un mal aliciente, y que debe ser erradicado de algo tan hermoso como es el deporte.
Por todo eso, en todo el mundo se deben crear políticas para tratar de erradicar la violencia en el deporte, al igual que hacer campañas de concientización para que todos conozcan la importancia de la práctica sana del deporte, para evitar situaciones que pongan en peligro la integridad de los deportistas y los aficionados.
Racismo, otra forma de violencia
Es incomprensible que en pleno siglo XXI aún exista algún atisbo de racismo en el mundo, especialmente en el deporte debido a que lo más importante es la unión de todos en la búsqueda de mejorar como sociedad, algo que se puede lograr mediante la práctica deportiva.
El racismo y la discriminación son males sociales que lamentablemente no han podido ser erradicados ni siquiera de los terrenos o las canchas donde se practica el deporte, y que son ventilados por individuos que hacen daño a una persona específica, pero lo que realmente no saben es que más están deteriorando a una sociedad que necesita ser plural y no individualista.
Si el deporte es universal, debe ser un espacio donde cualquier persona pueda tener cabida sin importar su raza, posición social o económica.