En la actualidad, cuando la pandemia por COVID-19 todavía prevalece en el mundo, “se pone a prueba nuestra capacidad de relaciones sociales, se refuerza la tendencia a cerrarse, a valerse por uno mismo, a renunciar a salir, a encontrarse, a colaborar”.
Así lo dijo el papa Francisco antes de impartir este 25 de diciembre la bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad de Roma y el mundo) en su tradicional mensaje de Navidad, desde el balcón central de la basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano.
“En el ámbito internacional existe el riesgo de no querer dialogar, el riesgo de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo; pero son estos, en realidad, los únicos que conducen a la solución de los conflictos y a beneficios compartidos y duraderos”, agregó.
El sumo pontífice enfatizó que mientras el anuncio del nacimiento del Salvador “resuena a nuestro alrededor y en el mundo entero, vemos todavía muchos conflictos, crisis y contradicciones”.
Estos lamentables episodios “parece que no terminan nunca y casi pasan desapercibidos”, manifestó el papa antes de rezar especialmente en esta Navidad por la paz en algunos países y regiones del mundo.
En ese sentido, pidió a Dios para que en “los corazones de los pueblos del continente americano prevalezcan los valores de la solidaridad, la reconciliación y la pacífica convivencia, a través del diálogo, el respeto recíproco y el reconocimiento de los derechos y los valores culturales de todos los seres humanos”.
Además, el santo padre pidió por la paz y el cese de los conflictos en Afganistán, Etiopía, Irak, Israel, Líbano, Myanmar, Siria, Sudán, Sudán del Sur, Ucrania y Yemén; así como en las regiones de Palestina, Oriente Medio, Sáhel y los países del norte de África.
Salud para los enfermos
En otro momento de su mensaje, su santidad hizo u llamado al “Hijo de Dios” para que conforte “a las víctimas de la violencia contra las mujeres que se difunde en este tiempo de pandemia”.
“Ofrece esperanza a los niños y a los adolescentes víctimas de intimidación y de abusos. Da consuelo y afecto a los ancianos, sobre todo, a los que se encuentran más solos. Concede serenidad y unidad a las familias, lugar primordial para la educación y base del tejido social”, solicitó el romano pontífice al Príncipe de la Paz.
Asimismo, Francisco afirmó: “Dios con nosotros, concede salud a los enfermos e inspira a todas las personas de buena voluntad para que encuentren las soluciones más adecuadas que ayuden a superar la crisis sanitaria y sus consecuencias. Haz que los corazones sean generosos, para hacer llegar la asistencia necesaria, especialmente las vacunas, a las poblaciones más pobres”.
Con información de Vatican.va.