Con un profundo mensaje de fe y esperanza por la resurrección de Jesucristo, e invocando la paz en el mundo, el papa Francisco inició su mensaje de Pascua, minutos previos a la bendición “Urbi et orbi” (a la ciudad [de Roma] y al mundo).
“Hoy resuena en todo el mundo el anuncio que salió hace dos mil años desde Jerusalén: ‘Jesús Nazareno, el Crucificado, ha resucitado’”, manifestó el sumo pontífice desde el balcón central de la Basílica de San Pedro (Ciudad del Vaticano).
“Jesucristo ha resucitado, y sólo Él es capaz de quitar las piedras que cierran el camino hacia la vida. Más aún, Él mismo, el Viviente, es el Camino; el Camino de la vida, de la paz, de la reconciliación, de la fraternidad. Él nos abre un pasaje que humanamente es imposible, porque sólo Él quita el pecado del mundo y perdona nuestros pecados”, aseguró.
Asimismo, el sumo pontífice puntualizó: “Sin el perdón de los pecados no es posible salir de las cerrazones, de los prejuicios, de las sospechas recíprocas o de las presunciones que siempre absuelven a uno mismo y acusan a los demás”.
“La guerra es siempre una derrota”
Posteriormente, Francisco hizo un llamado al cese de los conflictos en distintas naciones y regiones del mundo.
En ese sentido, ante cientos de católicos reunidos en la Plaza de San Pedro, recordó a las víctimas de las guerras entre Israel y Palestina, y en Ucrania. Además, el obispo de Roma pidió que se “garantice la posibilidad del acceso de ayudas humanitarias a Gaza”, que se liberen a los rehenes del pasado 7 de octubre, “y a un inmediato alto el fuego en la Franja”.
“La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”.
“La guerra es siempre un absurdo, la guerra es siempre una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. (…) La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”, enfatizó.
Igualmente, el primado de Italia expresó su pesar por los conflictos actuales en Siria, Líbano, los Balcanes Occidentales, Armenia y Azerbaiyán, Haití, Myanmar y África (Sudán, la región del Sahel, República Democrática del Congo y Mozambique).
De otro lado, sobre la trata de seres humanos, el pontífice exhortó a las autoridades políticas “para que no escatimen esfuerzos en combatir” este flagelo, “trabajando incansablemente para desmantelar sus redes de explotación y conducir a la libertad a quienes son sus víctimas”.
Fuente: Vatican.va.