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No logro que se venda mi casa

En muchas ocasiones hemos escuchado se quemó la propiedad, cuando nos enfrentamos a una propiedad que lleva mucho tiempo en el mercado y no logra venderse.

Habitualmente hemos observado que la circunstancia responde a la combinación aleatoria de estas decisiones.

El propietario establece un precio para su propiedad en función de una valorización sentimental del bien y/o  de “sus necesidades”. Lo que le interesa es alcanzar sus expectativas monetarias.

El propietario visualiza que el  “precio de mercado” para el negocio que quiere realizar es superior al promedio que infiere de los portales inmobiliarios. Lo que le interesa es fijar un precio alto para negociar.

El propietario razona que su amigo personal de toda la vida, de profesión abogado, le va a aconsejar correctamente en relación con el “negocio inmobiliario”.  Lo que le interesa es delegar el aspecto legal, eludir el tributario y evitar los trámites en su conjunto.

El propietario decide que no requiere la asistencia de un corredor porque él también puede calcular un promedio, publicar un aviso y solicitar un contrato. Lo que le interesa es evitar la comisión.

El propietario aspira que, en todo caso, si tiene que pagar una comisión sea para alguien de su familia o de sus afectos. Lo que le interesa es controlar la intermediación.

Cabe destacar que entendemos como propietario al individuo o individuos copropietarios del bien, más su entorno privado, es decir, cónyuges fundamentalmente, o sus afectos más cercanos que tienen capacidad de opinión.

En otras palabras, que la combinación aleatoria de alguno de ellos le permita al propietario y su entorno alcanzar un final feliz, equivale a pretender tener la “suerte de ganar la Tinka”, en un mismo día cinco veces seguidas y con los mismos números.

Cómo son las brasas que queman la propiedad
Siguiendo con el ejercicio, la consecuencia para el propietario es la pérdida de dinero porque:

Su capital esta inmovilizado más tiempo que el promedio. Es decir, se extiende indefinidamente la llegada del consumidor que esté dispuesto a cumplir con sus expectativas.

Nosotros no somos un costo, nosotros creamos valor.

No logra realizar la venta al suponer que su propiedad tiene el comportamiento de un “bien común” y pretende simular un fuerte “descuento a precio de oportunidad”.

Debe asumir el tiempo de las dificultades que implican todos los aspectos que se corresponden a una operación de intermediación.

Debe repetir procesos, trámites, tareas, tarifas, gastos notariales, transportes, además de malgastar su dinero al valorizar incorrectamente su propiedad.

propiedad
Mario Cisneros: “Contrate los servicios de un profesional, no pida ayuda”. / Fuente: Pixabay.

Como en toda actividad humana, la habilidad o el afecto no alcanzan a sortear la complejidad de los negocios inmobiliarios. Derrocha dinero porque va a pagar nuevamente por todos los errores de su elegido y, en el mejor de los casos, dilapida su dinero al pagar una comisión para que lo vean trabajar. Sobran los dedos de la mano para contar las anécdotas de familiares ofendidos por estas circunstancias.

Y lo más increíble: muchos propietarios están convencidos de que están haciendo lo correcto. Como siempre frente a la frustración, la culpa es del mercado, del tiempo, del destino o de Dios.

Cuando, efectivamente, se logró realizar una venta bajo los criterios mencionados, el precio no fue el óptimo, pues vendieron a menor precio.

¡Qué hacer!
Contrate los servicios de un profesional, no pida ayuda. Ante una enfermedad si los remedios caseros no dieron los resultados esperados, usted busca un médico y seguramente, si es demasiado complejo terminará solicitando la opinión de un especialista. Pero de lo que estamos seguros, es que al final, dado la complejidad se quedará con la dirección de un solo especialista.

En la industria inmobiliaria los profesionales somos los agentes inmobiliarios registrados, porque seguramente le vamos a proponer una estrategia de venta o de alquiler para su inmueble, personalizado y con tiempos de entrega.

Así mismo, debería observar que procurará establecer una relación de confianza, brindándole toda la seguridad necesaria y expresándole claramente su opinión a fin de evitar pérdidas de tiempo.

Tratará a su propiedad como un “bien único o de lujo”, identificando el segmento de mercado ideal y el precio de mercado. Es decir, Ud. obtendrá el mayor precio posible, en función “del tiempo del mercado inmobiliario” y por la característica y ubicación del bien. Por lo menos, eso es lo que hacemos en Promotora Elan, invertimos en nuestros clientes.

Finalmente, la comisión del Agente Inmobiliario Registrado es lo que hace posible que Ud. obtenga la mayor renta posible, en el menor tiempo y con la tranquilidad que no se verá envuelto en complicaciones posteriores. Porque nosotros no somos un costo, nosotros creamos valor.

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