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Francisco: “La palabra de Dios no necesita reflectores ni grandes voces humanas”

En su mensaje navideño, el papa Francisco hizo un llamado para que la Luz de Cristo “inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad de América a intentar calmar las tensiones políticas y sociales que viven varios países, en particular en el pueblo de Haití que sufre desde hace mucho tiempo”.

“En este día, mientras nos sentamos alrededor de una mesa bien servida, no desviemos la mirada de Belén, un pueblo cuyo nombre significa casa de pan, pero pensemos en todos aquellos, especialmente en los niños, que pasan hambre mientras grandes cantidades de alimentos diariamente se desperdician y los recursos se gastan en armas”, sostuvo Su Santidad desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, minutos previos a la oración mariana del Ángelus y de la bendición Urbi et Orbi.

“No olvidemos a los marginados”
En otro momento de su alocución, el sumo pontífice manifestó que, especialmente en Navidad, debemos aprender del Príncipe de la Paz y, “comenzando por quienes tienen responsabilidades políticas, comprometámonos a hacer de los alimentos un instrumento de paz”.

“Hoy no olvidemos a las muchas personas desplazadas y refugiadas que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y comida”.

“Mientras disfrutamos reunirnos con nuestros seres queridos, pensemos en las familias que atraviesan grandes dificultades y aquellas que, en este momento de crisis económica, están luchando por el desempleo y la falta de las necesidades de la vida”, agregó.

Asimismo, aseguró que, de manera especial, “hoy no olvidemos a las muchas personas desplazadas y refugiadas que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y comida”.

En seguida, el santo padre añadió: “No olvidemos a los marginados, a los que viven solos, a los huérfanos, a los ancianos -que son sabiduría para su pueblo- que corren el riesgo de ser apartados, a los presos, a los que consideramos únicamente por los errores que han cometido y no como nuestros semejantes, y a las mujeres”.

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“Belén nos muestra la sencillez de Dios, que se revela no a los sabios e inteligentes, sino a los pequeños, a los de corazón puro y abierto”, indicó el romano pontífice. / Foto: Pixabay.

“Jesús es nuestra paz”
Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro (Vaticano), Francisco afirmó que Jesucristo “vino entre nosotros en el silencio y en la oscuridad de la noche, porque la palabra de Dios no necesita reflectores ni grandes voces humanas. Él mismo es la Palabra que da sentido a la vida, es la Luz que ilumina nuestro camino”.

“Dirijamos nuestra mirada a Belén, y escuchemos los primeros vagidos del Príncipe de la Paz. Porque, verdaderamente, Jesús es nuestra paz. La paz que el mundo no puede dar, la paz que Dios Padre ha concedido a la humanidad al enviar a su Hijo al mundo”, enfatizó el obispo de Roma.

Recordó, además, el mensaje de san León Magno, precisamente en el tiempo de Navidad, que se sintetiza en la frase latina: “Natalis Domini, natalis est pacis: ‘el nacimiento del Señor es el nacimiento de la paz’”.

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